Exposición Universal
MILÁN - ITALIA
Desde una perspectiva descarnada, ¿qué es la Tour Eiffel sino un remanente de la Exposición Universal de París de 1889, una estructura-símbolo de la era industrial, que quedó allí, intacta, sin que –por suerte- el ingeniero Gustave Eiffel tuviera que desarmarla? En otro sentido, y convertida desde entonces en ícono insustituible de la ciudad que la ostenta, es un síntoma de lo que significó para la modernidad aquella exposición parisina.
No era la primera. El despuntar de la modernidad ya palpitaba en la pionera de esas celebraciones universales, la Great Exhibición de Londres, realizada en 1851 en el Crystal Palace, y que convocó a seis millones de visitantes. La siguió la de 1855, en París, que reunió a cinco millones. Similar afluencia de público tuvieron las primeras italianas, la de Turín, en 1870, y la de Milán de 1906: dedicada al tema del transporte, esta última fue propulsora del positivismo del temprano novecientos, avalado por avances científicos y tecnológicos. Más de un siglo después, del 1º de mayo al 31 de octubre, Milán vuelve a imponerse como sede de una exposición universal en la que ciencia y tecnología también estarán presentes pero a propósito de otro target temático: la alimentación del planeta y sus múltiples implicancias, bajo el lema "Nutrir al Planeta, energía para la vida".
Convirtiéndose en uno de los acontecimientos internacionales más importantes del año, que se extenderá hasta el 31 de octubre y que continúa esa tradición de intercambio cultural entre las naciones, solo que en el siglo XXI los principios subyacentes responden a inquietudes de la posmodernidad. Por el crecimiento numérico de la especie humana, las expectativas son más ambiciosas que las de la primordial Exhibición de Londres: se esperan más de veinte millones de visitantes, a lo largo de seis meses, en un área de más de cinco kilómetros cuadrados de superficie.
El tema principal de la Feria este año - Alimentar el planeta, Energía para la vida - pretende dar a conocer las soluciones a uno de los mayores desafíos de desarrollo que enfrenta el mundo hoy en día. Todavía hay 805 millones de personas que sufren de hambre y malnutrición a nivel mundial, mientras que una increíble cifra de 2,1 mil millones de personas son obesas o con sobrepeso, un aumento del 28 por ciento en los adultos y el 47 por ciento en los niños desde 1980. Por otra parte, alrededor de 1,3 millones de toneladas de los alimentos se desperdician cada año, causando pérdidas económicas aproximadamente de unos 750 millones de dólares.
145 países con pabellones nacionales están participando en la Expo, mostrando los alimentos típicos que se cultivan en sus regiones. Al igual ofrecen una visión de las cadenas de valor en la industria alimentaria a nivel mundial que se originan en las granjas de sus tierras. El Salvador, por ejemplo, centra su presentación sobre la extraordinaria calidad y variedad del grano de Café Salvadoreño y las mejores prácticas en su industria.
Pabellón de Austria
Es en realidad un bosque exuberante, al aire libre, dando a los visitantes la oportunidad de deambular por él y poder respirar aire fresco. Su generosa vegetación crea su propio microclima y aunque no está cubierto, la sombra de la arboleda proporciona a la construcción una temperatura que es siempre cinco grados menor que la temperatura del exterior. Cada hora el bosque produce suficiente oxígeno para 1.800 visitantes
Pabellón de Ecuador
Se trata de uno de los proyectos de mayor aceptación por parte de crítica y público. Es obra del estudio español Zorrozúa y Asociados. En la fachada del pabellón de Ecuador queda plasmado su ideario “Viaje al centro de la vida", a la perfección, pero también otros como el de las oportunidades que se abren para el sector de la agricultura en los ámbitos del desarrollo sostenible, el bienestar común y la lucha contra el hambre, así como el de la alimentación de las culturas del mundo y los grupos étnicos. Destacan las cortinas que cubren todo el edificio a cargo de Kriska Decor. Se trata de una innovación, puesto que es la primera vez que se recubre completamente toda la superficie de un pabellón con cortinas.
Pabellón de Alemania
A este pabellón se le conoce como "El Campo de Ideas" –más alemán imposible, ¿verdad?-.El uso de la arquitectura aquí, sirve para reflejar los paisajes naturales y ricos de Alemania, y para ello se sirven de curvas ondulantes, un gran toldo verde y enormes árboles solares, que producen energía a través de tecnología fotovoltaica orgánica. Seguimos una ruta a través de las "raíces de la nutrición" - agua, suelo, clima y biodiversidad - antes de llegar al "Jardín de las Ideas". El pabellón está lleno de lugares privados para relajarse y disfrutar de los paisajes y de música en vivo, sesiones de DJ y otros espectáculos.
Pabellón de Brasil
Aquí se combina la arquitectura y la escenografía con el fin de proporcionar a los visitantes una experiencia que transmita valores brasileños. Fue genial la idea de la red flexible, suave y descentralizada, la cual está presente en toda la construcción y que, según sus autores, representa el pluralismo del país. En medio de más de 130 construcciones, el Pabellón de Brasil es una buena excusa para hacer una pausa, -nosotros la hicimos – con la intención de crear una plaza pública que atraiga a las personas.
Pabellón de Emiratos Árabes Unidos
Diseñado por el estudio de arquitectura icónica de Foster Parnert, cuenta también con paredes onduladas de gran altura, que reflejan los paisajes del desierto de los EAU. Esta estructura logra que la temperatura sea fría, ya que con, ni más ni menos, que 12 metros de altura se consigue una gran protección contra el sol, creando además caminos sombreados para los visitantes. El recorrido a través de estas vías nos condujo a los espacios de exposición al aire libre, y finalizó en un impresionante auditorio de oro
Pabellón de Reino Unido
El destacado Pabellón del Reino Unido para nosotros es el más espectacular de todo el recinto, por su originalidad y por su plasmación en el plano real. Ha sido diseñado por el artista británico Wolfgang Buttress, llama la atención por su parecido con un panal de abejas. Los visitantes del pabellón del Reino Unido siguen el camino de una abeja, girando a través de un campo de flores y hasta el corazón de la estructura de la colmena. Cuenta con sonidos de audio y señales visuales que están vinculados en tiempo real a una colmena real que se encuentra en el Reino Unido. Sonidos de audio de la llamada la reina de las abejas pueden ser escuchados en toda la exposición y las luces LED iluminan cuando aumenta la actividad de las abejas.
Pabellón de Chile
Responsable de una parte importante de la reciente trasformación urbana de Santiago de Chile, con proyectos como el Memorial de la Solidaridad y centros culturales como el del Palacio de la Moneda o el Museo Violeta Parra, Cristian Undurraga sorprende con un juguetón edificio de madera aparentemente sencillo pero de una enorme complejidad tecnológica que demuestra su dominio de los materiales y su capacidad para crear espacios donde lo funcional se funde con lo puramente estético.
Pabellón de Eslovenia
Sin duda muchos de los mejores arquitectos de Eslovenia forman parte de Sono Architekti, quienes han realizado uno de los pabellones más atractivos de la Expo. A través de cinco prismas diferentes que de alguna forma recuerdan campos de cultivo, han creado un espacio cargado de sorpresas y al mismo tiempo totalmente funcional.
La mejor manera de cerrar la visita a la Expo es asistiendo a ver el espectáculo ALLAVITA creado por el Cirque du Soleil para este evento. El titulo se refiere a la conciencia de los vientos que nos nutren y las raíces que traen a nuestra familia internacional junta. Es un llamado para alimentar nuestra vida con el placer, especies y pasión.